jueves, 29 de noviembre de 2007

EXPRESIÓN EXTREMA

¿Si la muerte hubiera sido de una persona de a pie, y no de alguien de una ideología extremista? ¿Si la persona asesinada hubiera sido una persona de ideología fascista, y el que lo hubiera hecho de ideología antifascista? ¿Cómo se hubiera reaccionado entonces? ¿La muerte de este chico es la consecuencia del no respeto entre ideologías?



Hasta que punto parece que el apoyar unos determinados valores conlleva riesgos tan graves como el morir. Parece que la muerte de una persona es la solución para callar las voces que defienden su ideología.
¿Dónde poner el límite a la libertad de expresión en manifestaciones de radicales? ¿Por qué intentar boicotearlas si son legales?

1 comentario:

Anónimo dijo...

El límite siempre tiene que ser el respeto al otro. En la medida en que un grupo, facción o partido hace de la intolerancia su bandera, pierde legitimidad para que se sea tolerantes con ellos.
Un sistema abierto como el nuestro permite la defensa de todo tipo de ideas, pero debe exceptuar a aquellas que se basan en la exclusión o en la eliminación del que piensa o se siente diferente.r